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11/10/2025

Preguntas y respuestas sobre el «acuerdo» de alto al fuego de Trump y Netanyahu con la resistencia palestina

Se trata de una conquista, pero sigue la lucha contra el genocidio, y por Palestina libre.

  1. ¿Este alto el fuego es algo para festejar?
    Nuestro punto de partida es la perspectiva palestina: las organizaciones aceptaron el acuerdo, la población celebró que se detengan los bombardeos y la próxima entrada de alimentos y medicación frente a una situación desesperante. Teniendo claro que de allí partimos, podemos evaluar críticamente muchos puntos de un acuerdo firmado en condiciones desfavorables y extorsivas, pero no podemos más que celebrar el alivio que hoy sienten las y los gazatíes.
  2. ¿Israel logró imponer su política con su poderío militar?
    No. Incluso cometiendo un genocidio, el ente sionista fracasó en derrotar al pueblo gazatí y su resistencia a lo largo de 22 meses de bombardeos e invasión terrestre. El regreso de la inmensa mayoría de los rehenes fue el resultado de acuerdos de intercambios, contrarios a la política de Netanyahu, Ben Gvir y Smotrich. Nunca pudieron mostrar un éxito militar real en este aspecto: las Fuerzas de “Defensa” de Israel asesinaron más rehenes de los que recuperaron.
  1. ¿El acuerdo es fruto de una negociación entre Israel y la resistencia Palestina?
    No, su manufactura fue unilateral. Estados Unidos aparece interviniendo para “frenar todo”. El empantanamiento sionista en Gaza era un problema para la política expansionista yanqui, mientras intenta remontar su declive como potencia. Hay un alto componente de imposición de Trump, incluso a costa de resignar, por ahora, el plan israelí de recolonizar Gaza. Busca apuntalar nuevamente un plan de normalización e institucionalización de la colonización israelí de Medio Oriente, que el 7 de Octubre puso en crisis cuando estaba por firmarse un acuerdo entre Israel y Arabia Saudita
  1. ¿El pueblo palestino y sus organizaciones participaron en la redacción del acuerdo?
    No. No es ni siquiera un acuerdo en realidad, mucho menos es “de paz”. Es como mucho una tregua, en condiciones impuestas por el poder, en el marco de un genocidio. Se trata, en su aspecto fundamental, de una extorsión del imperialismo a les palestines. Su contenido también lo refleja: no hay ningún lugar para la autodeterminación ni para el autogobierno de la población palestina.
  2. ¿Qué rol jugó la movilización internacional en este alto el fuego?
    Fuimos parte en estos meses de una ola mundial de solidaridad con Palestina, que trascendió por lejos al mundo árabe. En Argentina las marchas y expresiones de solidaridad se masificaron. Hay también movilizaciones masivas en el sur de Asia y en toda Europa que forzaron reconocimientos al “Estado palestino” por parte de gobiernos cómplices. Las dos huelgas generales con bloqueos en Italia, las encuestas en Estados Unidos mostrando mayorías de jóvenes judíos que rechazan a Israel, las expresiones artísticas, los inicios de rupturas de relaciones limitadas con Israel por distintas instituciones, todo forma parte de una tendencia mundial, que ningún gobierno capitalista, ni occidental ni árabe, estaba dispuesto a tolerar.
  1. ¿Qué garantías hay de que el acuerdo se implemente?
    Todo el acuerdo es precario: la entrega de rehenes israelíes se da en las primeras 72hs, lo cual deja a la resistencia en mayor debilidad esperando a que Israel y Estados Unidos cumplan las siguientes fases. Volverán a Israel 48 rehenes, de los cuales 20 estarían vivos. Habrá que verificar que las FDI liberen efectivamente la mitad del territorio ocupado en esa primera etapa.
  1. ¿Es lógico desconfiar de que Israel va a cumplir el acuerdo?
    Por supuesto. Israel acentuó la agresión en las últimas 36hs antes de su vigencia. Incluso con la perspectiva del cese al fuego, produjo 126 muertos más por ataques aéreos y de artillería. Netanyahu ya rompió unilateralmente el cese al fuego alcanzado en enero de este año en Gaza, y en 2024 con Líbano.
  2. ¿Será completa la retirada de Gaza por parte de Israel?
    Si bien el plan afirma que Israel no ocupará ni se anexionará Gaza, no fija ningún plazo concreto para la retirada gradual de sus tropas —a excepción del repliegue inicial— y le permite como mínimo quedarse en el «perímetro de seguridad» fijado por el propio Israel. En toda su historia Israel utilizó las “Zonas de amortiguamiento” (buffer zones) como mecanismo de avance territorial.
  1. ¿Cuántos palestinos serán liberados? ¿Quiénes son?
    250 presos con condenas de tribunales israelíes y 1700 palestinos bajo detención administrativa recuperan su libertad. Los medios de comunicación dirán “prisioneros”, nosotros los llamamos por su nombre: rehenes. Quedarán más de 8.000 personas en esa condición, en prisiones militares, sufriendo torturas, sin garantías civiles de ningún tipo. La lista estaba aún en negociaciones mientras escribimos esto, con una particular presión por lograr la libertad de Marwan Barghouti, luchador palestino de renombre con 5 condenas arbitrarias a cadena perpetua.
  1. ¿Qué pasará con el desarme de la resistencia palestina?
    Es incierto. En su primera respuesta a la propuesta de Trump, Hamás evitó deliberadamente cualquier mención sobre este tema. Estados Unidos pretende que sea total y absoluto, mientras que la resistencia concedería solo deponer las armas “ofensivas”, conservando cierta capacidad de defensa. Cualquier proceso de este tipo se debería llevar a cabo bajo la supervisión de observadores independientes, pero el acuerdo reserva para Israel la definición de cuándo se considerará a la zona “desmilitarizada”
  2. ¿La resistencia palestina es solo militar?
    Si algo quedó demostrado en estos 22 meses es que la resistencia es mucho más que organizaciones armadas. Se trata de una población civil determinada a permanecer en su tierra, que se resiste al exterminio y a la limpieza étnica. Las y los gazatíes aguantaron los bombardeos, los ataques continuos por tierra, los desplazamientos forzados, las amenazas y hasta la hambruna. Muchos nunca abandonaron el norte de la Franja. Apenas anunciado el acuerdo, masas comenzaron a regresar desde el sur hacia sus puntos de origen.
  3. ¿El gobierno de Israel está satisfecho con este rumbo?
    No parece. El plan siempre fue el desplazamiento total en Gaza y la recolonización. Al mismo tiempo es innegable que el relato sionista sufrió daños históricos, quedando expuestos como genocidas y colonialistas como nunca entre sectores amplísimos de la población mundial. El nivel de aislamiento internacional de Israel, su dependencia de Estados Unidos, la crisis política interna con las evidentes muestras de disconformidad de la ultraderecha oficialista, muestran que también la coalición de Netanyahu actúa bajo fuertes presiones.
  4.  ¿Y qué pasa con Cisjordania?
    Las anexiones territoriales, los nuevos asentamientos ilegales y el incremento de la violencia de los colonos fascistas y el ejército se vienen profundizando terriblemente en los últimos meses. El acuerdo no toca este punto y es factible pensar que este proceso de ofensiva y colonización se seguirá agravando. Israel sigue avanzando con su proyecto de urbanización en el sector E1 y construyendo una carretera que fragmentará aún más Cisjordania, con un mayor control de la ocupación sobre la escasa libertad de movimiento de los palestinos. El régimen de ocupación y apartheid debe terminar.
  5. ¿Quién va a gobernar Gaza si se procede al desarme de Hamas?
    Se pretende instalar un gobierno “tecnocrático” y “apolítico” integrado por palestinos, pero sin ninguna autonomía. Las decisiones sobre el enclave las tomaría el «Consejo de Paz», presidido por el propio Trump con ayuda de figuras internacionales nefastas como el ex primer ministro británico Tony Blair. Aquellos que siguen pensando en una “solución de dos Estados” deben saber que esto no los deja ni siquiera un pasito más cerca de esa salida. No hay en vistas un auto-gobierno palestino de ningún sector. El plan representa una profundización de la colonización.
  6. ¿Habrá justicia por los crímenes cometidos por Israel y su ejército genocida?
    Otro aspecto importantísimo que no está sobre la mesa es la responsabilidad que le cabe a Netanyahu, a todo su gabinete, a sus cómplices internacionales. Este acuerdo omite especialmente cualquier tipo de rendición de cuentas: es una búsqueda de cerrar una etapa en la más completa impunidad, mientras hay en curso un proceso judicial en la Corte Internacional de Justicia y siguen vigentes las órdenes de arresto de la Corte Penal Internacional. Pero la justicia no va a venir por caminos institucionales, vendrá de la mano de la movilización popular global, de la derrota militar de Israel  y de la victoria final palestina. Como a los nazis les va a pasar, adonde vayan los iremos a buscar.
  7.  ¿Y ahora qué? ¿Cómo seguimos?
    Frente a un escenario tan precario y abierto, es clave la actividad del movimiento de solidaridad con Palestina en todo el mundo. Israel y sus aliados pretenden especialmente desorganizar y desmovilizar a todos aquellos que salimos a las calles en nombre de este “acuerdo”. Pero si llegamos a este cese al fuego, en condiciones tan desfavorables para los palestinos, es en parte por la lucha internacional y la presión que ejercimos. Es clave entonces, para garantizar que se cumplan las partes positivas de este acuerdo, seguir movilizando, seguir presionando en todo el mundo: limitar la capacidad de acción de Israel, mostrar que el proceso de colonización y limpieza étnica continúan desde 1948, en toda la Palestina histórica. Nuestra lucha, nuestra co-resistencia junto a Palestina nunca se trató solamente de detener los bombardeos a Gaza y que ingrese ayuda humanitaria. No vamos a parar hasta que Israel sea derrotada, hasta que Palestina sea libre, del río al mar. Sionismo no es judaísmo. No en nuestro nombre.