Somos Global Jews for Palestine, un colectivo de grupos judíos de 19 países. Desde hace cinco años, hemos emitido declaraciones en el Día de la Nakba, aniversario de la expulsión de 750.000 personas palestinas de sus hogares para establecer el Estado de Israel en 1948. Este año, gritamos.
Ahora mismo, 2,3 millones de personas palestinas están siendo empujadas a una hambruna intencional y evitable, y no pueden esperar más por la ayuda. Cada hora que pasa, el descarado crimen genocida de hambre llevado a cabo por Israel cobra más vidas inocentes.
2,3 millones de personas están atrapadas detrás de un muro de bloqueo ilegal, mientras miles de camiones con alimentos esperan parados justo más allá de los cruces. 2,3 millones de seres humanos han sido sometidos al uso más intensivo de armas explosivas en la historia de la humanidad. La tierra de Gaza ha sido bombardeada sin tregua, su ambiente envenenado, sus hospitales, escuelas y hogares reducidos a escombros. Las personas que ahora están siendo sometidas al hambre son quienes han sobrevivido a lo que ya era una pesadilla inimaginable.
No podemos comprender el silencio, ni la tranquila permisividad de la inacción, y mucho menos aún el rentable comercio de armas en el que la mayoría de nuestros gobiernos son cómplices. Es algo que desafía toda lógica.
Como personas judías, fuimos educados para juzgar con dureza a quienes se mantuvieron al margen mientras los judíos eran masacrados durante el Holocausto. Tenemos un interés propio en los acuerdos que los Estados firmaron tras la Segunda Guerra Mundial, con la esperanza de evitar que algo así ocurriera otra vez. Pero aquí estamos, otra vez. Un siglo de aspiraciones globales para limitar los daños de la guerra, distinguiendo entre civiles y combatientes, también yace sepultado bajo los escombros de Gaza.
Este Día de la Nakba, el fuego de la catástrofe está ardiendo. Rogamos a nuestros amigos, vecinos, colegas y desconocidos que se levanten y unan fuerzas para apagar estas llamas.
Es el silencio y la inacción de nuestros gobiernos lo que ha permitido que los crímenes de guerra de Israel escalen a este nivel horroroso.
Este Día de la Nakba estamos viendo, en tiempo real, cómo mueren niños en Gaza por desnutrición.
Ahora, hoy, nuestros gobiernos deben actuar.
Dejen de armar a Israel. Sanciones ya.
La impunidad de Israel debe terminar aquí.
¡Abran de una vez esas malditas puertas!
We are Global Jews for Palestine, a collective of Jewish groups in 19 countries. For five years, we have made statements on Nakba Day, the anniversary of the expulsion of 750,000 Palestinians from their homes to establish the state of Israel in 1948. This year we scream.
Right now, 2.3 million Palestinian people are being tipped into intentional, avoidable starvation and they can not wait for help. Every hour Israel’s brazen, genocidal crime of starvation wastes more innocent lives.
2.3 million people are trapped behind an illegal blockade wall, while thousands of trucks stand idle with their cargo of food, just beyond the crossings. 2.3 million human beings have been subjected to the most intensive use of explosive weapons in human history. The land of Gaza has been carpet-bombed, its environment poisoned, its hospitals and schools and homes laid waste. The people now being starved are the survivors of what was already beyond imagining.
We cannot understand the silence, let alone the quiet permission of inactivity, let alone the profitable arms trade in which most of our governments are complicit. It defies understanding.
As Jews, we were raised to judge harshly all those who stood aside while Jews were slaughtered in the Holocaust. We were born with a personal stake in the agreements that states signed after World War II, hoping to avert any such nightmare again. But here we are again. A century of global aspirations to limit the harm of war by distinguishing civilians from combatants also lies buried beneath the rubble of Gaza.
This Nakba Day, the fires of catastrophe are blazing. We beg our friends, neighbours, colleagues, and strangers to stand up and join forces to douse these flames.
It is the silence and inaction of our governments which has allowed Israeli war crimes to escalate to this horrific level.
This Nakba day we are now watching children in Gaza die of malnutrition in real time.
Now, today, our governments must take action.
Stop arming Israel. Sanctions now.
Israel’s impunity must end here.
Open the damned gates!