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29/05/2025

600 días de genocidio: ¡no es momento para palabrerío! – Global Jews for Palestine – Red Global Judíxs por Palestina

En la semana 86 del genocidio, 24 países han expresado su objeción a la violencia creciente de Israel. Exigen la restitución de una ayuda real, suficiente y vital, a la que los palestinos tienen derecho —no el parche mercenario que permitiría a Netanyahu ejecutar su «solución final».

Después de 62.000 muertes palestinas, según un comunicado de prensa de la ONU del 19 de mayo, Israel está imponiendo condiciones de vida a las y los palestinos que son cada vez más incompatibles con su existencia continuada en Gaza como grupo. Además, el patrón de ataques contra campamentos de desplazados internos (IDP), edificios residenciales y hospitales atestados indica que se está tomando poca, si alguna, precaución para proteger la vida de los civiles en Gaza. Informes sobre el uso de armas de efectos extensivos sugieren ataques deliberados e indiscriminados. Mientras tanto, la situación humanitaria es indescriptible.

No nos engañemos: los gobiernos siempre han tenido el poder de detener esta masacre. Pero los Estados pronuncian bellas palabras mientras arman y normalizan los crímenes de Israel. Cada día que demoran, Israel asesina a otros 35 niños.

Los ministros de Relaciones Exteriores de Islandia, Irlanda, Luxemburgo, Noruega, Eslovenia y España han expresado una grave preocupación —pero no tan grave como para suspender la participación de Israel en los programas de “seguridad” del Acuerdo de Cooperación UE-Israel. Y, por supuesto, ni hablar de expulsar a Israel del concurso de Eurovisión.

Una declaración conjunta del Reino Unido, Francia y Canadá el 19 de mayo prometió: “No nos quedaremos de brazos cruzados mientras el gobierno de Netanyahu lleva a cabo estas acciones atroces”. Han permanecido de brazos cruzados otra semana más desde entonces. En ese tiempo, otros 629 palestinos de Gaza, incluidos nueve periodistas, han sido asesinados. Los gazatíes están recibiendo, en promedio, solo el 67% de las calorías necesarias para sobrevivir, mientras Reino Unido, Francia y Canadá siguen mirando hacia otro lado. Incluso en Sudáfrica, Glencore sigue enviando carbón a Israel.

Durante 19 meses, estos Estados no han tomado ninguna medida real para alterar sus relaciones con Israel, ni para interrumpir el comercio ni los tratos normales. No han asumido sus responsabilidades conforme a los tribunales internacionales, ni han ejercido la más mínima presión efectiva en defensa de dos millones de civiles atrapados.

Estas medidas no son meros gestos simbólicos. Israel puede vivir sin nuestra aprobación como individuos. Pero Israel no puede mantener su modo de vida actual sin la indulgencia, interacción y normalización diplomática de Europa, Norteamérica y otros. La colonización y el genocidio de Israel se sustentan en la impunidad, en la que los gobiernos occidentales colaboran.

Históricamente, la retirada del aval diplomático ha sido el freno que detuvo las ofensivas de Israel contra Gaza.

En 2015, la Oficina del Contralor del Estado de Israel publicó su evaluación del bombardeo a Gaza en 2014. La prensa israelí calificó el informe de “demoledor”, “abrasador… implacable”. Entre sus críticas: Israel bombardeó Gaza durante cincuenta días sin objetivos coherentes que delimitaran o enfocaran el uso de la violencia. El gabinete de seguridad israelí y las FDI pausaban periódicamente para evaluar el impacto de la guerra sobre la posición internacional de Israel. Al ver que los Estados no exigían que Israel se detuviera, el gabinete de seguridad redactaba nuevos objetivos oportunistas y continuaba bombardeando. Hicieron eso cuatro veces, hasta que los detuvieron.

Es erróneo pensar que solo Trump importa para Israel. Israel está profundamente integrado en el comercio, el turismo y la cultura internacionales, especialmente con Europa y Estados Unidos. Hay muchas razones para creer que Israel sigue siendo vulnerable a una presión internacional amplia.

Hoy, el 81% de Gaza está designado unilateralmente como zona militar de las FDI y/o bajo órdenes de desplazamiento. El pueblo gazatí está siendo canalizado hacia zonas de exterminio.

El peligro para las y los palestinos de Gaza es desesperado y las palabras no los protegen. Están muriendo de hambre y las palabras no llenan sus estómagos. ¡Basta de palabras! Exigimos acción: sanciones, castigos, consecuencias.

Gaza no puede esperar.

Red Global Jews for Palestine